La introducción de organismos acuáticos invasivos en nuevos ambientes marinos no solo afecta a la biodiversidad y la salud del ecosistema, sino que también tiene efectos medibles en varios sectores económicos. Es por eso por lo que el proyecto de asociaciones GloFouling de la OMI está abordando este problema, de frente.

Sri Lanka es el último país en formar un equipo de tareas nacional para abordar el problema, tras la celebración de un taller especial (25-27 de febrero). El evento ayudó a crear concienciación sobre las incrustaciones biológicas como un vector de entrada de las especies no autóctonas e informó a los participantes sobre el impacto que puede tener a lo largo de su costa. Entre los asistentes se encontraban autoridades portuarias y empleados de astilleros, autoridades de acuicultura y medio ambiente, así como personas procedentes del sector académico y marítimo.

El taller también examinó las Directrices de la OMI sobre las incrustaciones biológicas, las estructuras y socios del proyecto y el papel de Sri Lanka como país líder dentro del proyecto Glofouling. Un conferenciante invitado relató la experiencia de Australia en la gestión de las incrustaciones biológicas.

El evento concluyó con Sri Lanka acordando la necesidad de incluir medidas de gestión de las incrustaciones biológicas en el conjunto de convenios que ya están en proceso de incorporarse a la legislación nacional en Sri Lanka.

El taller fue coorganizado y organizado por la Autoridad de protección del medio marino de Sri Lanka (MEPA). Es parte de los esfuerzos del proyecto de asociaciones GloFouling GEF-PNUD-OMI, cuyo objetivo es establecer asociaciones regionales y acuerdos de cooperación para abordar los problemas de las incrustaciones biológicas en el mar.