La OMI desempeña un papel fundamental en los esfuerzos mundiales para proteger la biodiversidad en los océanos del mundo y en torno a ellos. Un vídeo lanzado durante la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, celebrada el 30 de septiembre, destaca la importante contribución de la Organización a la protección de la biodiversidad y los ecosistemas marinos (vea el vídeo aquí).

Un aspecto esencial de esta labor es la lucha contra las especies invasoras, reconocidas como una de las mayores amenazas para la biodiversidad. Los convenios y directrices de la OMI sobre la gestión del agua de lastre de los buques, las incrustaciones biológicas y los sistemas antiincrustantes ayudan a prevenir la transferencia de organismos acuáticos a nuevos entornos a través del transporte marítimo. Esto reduce el riesgo de invasión de especies no autóctonas que pueden dañar los ecosistemas locales. 

Los tratados de la OMI también desempeñan un papel fundamental a la hora de limitar el vertido de residuos en el mar, lo que contribuye a minimizar la contaminación del mar y limitar los efectos en la biodiversidad. El Convenio y el Protocolo de Londres prohíben la eliminación de residuos en el mar salvo en casos muy concretos. También prohíben el vertido de desechos radiactivos e industriales.

El marco normativo de la OMI concede una protección adicional a las zonas conocidas como Zonas marinas especialmente sensibles (ZMES), con medidas especiales para preservar sus ecosistemas vulnerables, como el trazado de las rutas de los buques. A día de hoy, 15 zonas han sido designadas como ZMES, entre ellas la Gran Barrera de Coral y las Islas Galápagos. 

La OMI trabaja en colaboración con otras entidades de la ONU y organizaciones internacionales, contribuyendo activamente con diversos procesos y redes interinstitucionales, promoviendo un enfoque de "todos a una" para proteger la biodiversidad y apoyar el desarrollo sostenible.