La adhesión de Finlandia provoca la entrada en vigor del convenio que pretende impedir la propagación de especies acuáticas invasivas a través el agua de lastre de los buques.

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​​​Su Excelencia la Sra Päivi Luostarinen, Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria, Representante permanente de Finlandia ante la OMI, depositó el instrumento de aceptación del país ante el Secretario General de la OMI, Kitack  Lim, el jueves, 8 de septiembre.

La adhesión de Finlandia ha dado lugar a la entrada en vigor de una medida internacional clave para la protección medioambiental encaminada a impedir la propagación las especies acuáticas invasivas a través del agua de lastre de los buques.

El Convenio internacional para el control y la gestión del agua de lastre y los sedimentos de los buques (Convenio BWM) entrará en vigor el 8 Septiembre 2017, marcando así un hito en la lucha contra la propagación de especies acuáticas invasivas, que pueden ocasionar estragos en los ecosistemas locales, afectar a la diversidad biológica y provocar considerables pérdidas económicas. De conformidad con los términos del Convenio, se exigirá que los buques gestionen su propia agua de lastre para extraer o neutralizar los organismos acuáticos perjudiciales y agentes patógenos existentes en el agua de lastre y los sedimentos, o que eviten la toma o la descarga de los mismos.

"Es realmente un logro muy importante para la salud de nuestro planeta", dijo el Secretario General, Kitack Lim.

"La propagación de especies invasivas ha sido reconocida como una de las grandes amenazas para el bienestar ecológico y económico del planeta. Dichas especies causan enormes daños a la biodiversidad y a las valiosas riquezas naturales de las que dependemos. Las especies invasivas también causan efectos directos e indirectos en la salud y los daños para el medio ambiente suelen ser irreversibles", continuó.

"Con la entrada en vigor del Convenio sobre gestión del agua de lastre no solo se reducirá al mínimo el riesgo de invasiones de especies foráneas a través del agua de lastre, también se facilitarán unas condiciones equitativas para el transporte marítimo internacional, con normas claras y sólidas para la gestión del agua de lastre de los buques."

Su Excelencia la Sra Päivi Luostarinen, Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria, Representante permanente de Finlandia ante la OMI, depositó el instrumento de aceptación del país ante el Secretario General de la OMI, Kitack  Lim, el jueves, 8 de septiembre.

Con esta adhesión,  la flota combinada  del tratado supone el 35,1441% del tonelaje mundial, con 52 Partes contratantes. El Convenio estipula que entrará en vigor 12 meses después de ser ratificado por al menos 30 países que representen como mínimo el  35% del tonelaje mundial.

El Convenio BWM fue adoptado en 2004 por la Organización Marítima Internacional (OMI), el organismo especializado de las Naciones Unidas que se ocupa de la elaboración de normas mundiales relativas a la seguridad y la protección del buque y la protección del medio marino y de la atmósfera de los efectos perjudiciales del transporte marítimo.

 

El problema del agua de lastre

El agua se utiliza como lastre de forma habitual en los buques para mantener la estabilidad y la integridad estructural. Este agua de lastre puede contener miles de microbios acuáticos, algas y animales, que se transportan por todos los océanos del mundo y se descargan en ecosistemas de acogida, que no son sus ecosistemas nativos.

El agua de lastre sin tratar que se libera en el puerto de destino del buque puede introducir nuevas especies acuáticas invasivas. La expansión del comercio y el volumen del tráfico en las últimas décadas han aumentado las posibilidades de que se descarguen especies invasivas  De hecho, cientos de invasiones ya han tenido lugar, a veces con consecuencias devastadoras para el ecosistema local.

En virtud del Convenio, todos los buques en tráfico internacional deben gestionar su agua de lastre y los sedimentos siguiendo determinadas normas, de conformidad con un plan específico de gestión del agua de lastre. Todos los buques también tendrán que llevar a bordo un libro registro del agua de lastre y un certificado internacional de gestión del agua de lastre. Las normas de gestión del agua de lastre serán introducidas gradualmente a lo largo de un periodo de tiempo. Muchos buques necesitarán instalar un sistema de tratamiento a bordo para eliminar los organismos no deseados. Más de 60 tipos de sistema ya han sido aprobados y se encuentran disponibles.

La OMI comenzó a abordar este asunto en los años ochenta, cuando algunos países que experimentaban problemas especiales con las especies no deseadas presentaron sus preocupaciones al Comité de protección del medio marino (MEPC). En 1991 se adoptaron unas directrices para abordar el tema y desde entonces la OMI trabajó para elaborar el Convenio sobre la gestión del agua de lastre, que se adoptó en 2004.

La OMI ha trabajado activamente en la elaboración de directrices para la implantación uniforme del Convenio y también con el fin de abordar las preocupaciones de las diversas partes interesadas, por ejemplo, acerca de la disponibilidad de sistemas de gestión del agua de lastre, así como su homologación y pruebas.

Los sistemas de gestión del agua de lastre a bordo deben ser aprobados por las autoridades nacionales, con arreglo a un procedimiento elaborado por la OMI. Dichos sistemas deben ser sometidos a ensayo tanto en una instalación en tierra como a bordo de los buques, a fin de demostrar que cumplen las normas de funcionamiento que figuran en el Convenio. Podrían, por ejemplo, incluir sistemas que utilizan filtros y luces ultravioletas o electrocloración

Los sistemas de gestión del agua de lastre en los que se hace uso de sustancias activas deben someterse a un estricto proceso de aprobación y ser revisados por la OMI. Existe un proceso de dos fases, a fin de garantizar que el sistema de gestión del agua de lastre no plantea riesgos inaceptables para la seguridad de los buques, la salud de los seres humanos y el medio acuático.

 

Programa  GloBallast

Desde el año 2000, el Programa FMAM-PNUD-OMI de Asociaciones GloBallast ha estado prestando asistencia a los países en desarrollo en la reducción del riesgo de invasiones biológicas acuáticas, poniendo énfasis en la creación de capacidad necesaria para implantar el Convenio. Más de 70 países se han beneficiado directamente de este proyecto, que ha recibido una serie de distinciones internacionales por su labor.

GloBallast ha elaborado y llevado a cabo recientemente cursillos sobre el muestreo y el análisis del agua de lastre a fin de preparar a los Estados para la entrada en vigor del tratado. También ha proporcionado acceso gratuito en línea a las herramientas de aprendizaje, incluido un curso en línea sobre los aspectos operacionales de la gestión del agua de lastre.

El programa GloBallast también trabaja con el sector privado, a través de la Alianza Mundial del Sector (GIA) y el Fondo GIA, establecido con socios de las principales compañías marítimas

La Presidente y Directora Ejecutiva de la GIA, Naoko Ishii, declaró: "El hecho de que el Convenio BWM entre en vigor es el resultado de una fructífera alianza entre la OMI, el PNUD y la GIA, entre otros socios,  a lo largo del tiempo. Su implantación será clave para luchar contra las especies  acuáticas invasivas, y significará tener ecosistemas más saludables que a su vez tendrán un impacto positivo tanto en las oportunidades económicas como en los medios de subsistencia de millones de personas de todo el mundo. En definitiva, la entrada en vigor del Convenio BWM es simplemente buena noticia para el medio ambiente mundial. " (Lea la nota de prensa completa del Programa FMAM-PNUD-OMI de Asociaciones GloBallast aquí).  


Ejemplos de especies invasivas

La medusa americana (Mnemiopsis leidyi) ha viajado en el agua de lastre de los buques desde las costas orientales de las Américas hasta el mar Negro, el mar Caspio y el mar de Azov. Esta especie agota las reservas de zooplancton, alterando la cadena alimentaria y el funcionamiento de un ecosistema. De hecho, contribuyó considerablemente al colapso de la pesca en el mar Negro y en el de Azov en 1990, con enormes repercusiones económicas y sociales.

El mejillón cebra (Dreissena polymorpha) ha sido transportado desde el mar Negro a Europa occidental y septentrional, incluidos Irlanda y el mar Báltico, y la mitad oriental de América del Norte. Viajando en forma de larva en el agua de lastre, al liberarse se reprodujo muy rápidamente en Norteamérica, ya que allí no existían sus depredadores naturales. Este mejillón se multiplica y se incrusta en todas las superficies duras que encuentra de forma masiva.  Desplaza las especies acuáticas nativas, alterando su hábitat, ecosistema y cadena alimentaria y provoca problemas graves de incrustación que afectan a buques e infraestructuras. Como consecuencia, se han producido elevados costes económicos relacionados con desbloquear conductos de admisión de agua, esclusas y canales de riego.

La estrella de mar del Pacífico septentrional (Asterias amurensis) ha sido transportada en el agua de lastre hasta el sur de Australia. Se reproduce en grandes números, alcanzando rápidamente la proporción de plaga en los entornos invadidos. Esta especie invasiva ha causado considerables pérdidas económicas, ya que se alimenta de mariscos, incluidas especies comercialmente valiosas como vieiras, ostras y almejas

 

Otros ejemplos se enumeran en el presente documento (en inglés).

Puede encontrar información adicional sobre la gestión del agua de lastre en esta sección.