Incrustaciones biológicas
Especies acuáticas invasivas
La introducción de especies acuáticas invasivas en nuevos entornos por los buques ha sido señalada como una gran amenaza para los océanos del mundo y para la conservación de la biodiversidad. Múltiples especies marinas, sean transportadas en el agua de lastre o en los cascos de los buques, pueden sobrevivir para establecer una población reproductiva en el medio de acogida, convirtiéndose en invasiva, desplazando a las especies nativas y multiplicándose hasta convertirse en plaga.
El problema de las especies invasivas transportadas por los buques se ha intensificado en las últimas décadas debido a la expansión del comercio y el volumen del tráfico marítimo y, habida cuenta de que el volumen de las mercancías que se transportan por mar continúa aumentando, es posible que el problema aún no haya llegado a su punto máximo. En muchas partes del mundo las secuelas han sido devastadoras. Los datos cuantitativos indican que el índice de invasiones biológicas continúa aumentando a un ritmo alarmante y que nuevas zonas son invadidas de forma constante.
La propagación de especies invasivas es considerada actualmente como una de las mayores amenazas a la ecología y el bienestar económico del planeta. Estas especies están causando enormes daños a la biodiversidad y a las valiosas riquezas naturales de la tierra de las cuales dependemos. Los efectos directos e indirectos sobre la salud son cada vez más graves y el daño al medio ambiente es a menudo irreversible. Por otra parte, producen un gran impacto económico en los sectores que dependen del medio costero y marino, como el turismo, la acuicultura y la pesca, así como costosos daños a la infraestructura.
La contaminación biológica como vector de transferencia de especies acuáticas invasivas por los buques
La contaminación biológica también es considerada como uno de los principales vectores de las invasiones biológicas y se describe como la acumulación no deseada de microorganismos, plantas, algas y animales en estructuras sumergidas (sobre todo en los cascos de los buques). Los estudios han revelado que la contaminación biológica puede ser un vector importante para la transferencia de especies acuáticas invasivas. Los buques con contaminación biológica que entran en las aguas de los Estados pueden causar el asentamiento de especies acuáticas invasivas que representen una amenaza para la vida humana, la fauna y la flora, las actividades económicas y culturales y el medio marino.
La capacidad de causar daños que tienen las especies acuáticas invasivas transferidas a través de la contaminación biológica ha sido reconocida por la OMI, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), varios convenios sobre los mares regionales del PNUMA (por ejemplo, el Convenio de Barcelona para la protección del mar Mediterráneo contra la contaminación), el foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (CEAP) foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y la Secretaría del Programa regional del medio ambiente para el Pacífico (SPREP).
Marco normativo internacional conexo
La prevención de la transferencia de especies invasivas y la coordinación de una respuesta rápida y eficaz a las invasiones presupone la cooperación y la colaboración entre los Gobiernos, los sectores económicos, las organizaciones no gubernamentales y las organizaciones creadas en virtud de tratados internacionales; la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) proporciona el marco mundial exigiendo a los Estados trabajar juntos "para prevenir, reducir y controlar la contaminación del medio marino causada por la actividad humana, incluyendo la introducción intencional o accidental en un sector determinado del medio marino de especies perjudiciales o foráneas".
La OMI ha ocupado un lugar prioritario en la actividad internacional, tomando la iniciativa para hacer frente a la transferencia de especies acuáticas invasivas a través del transporte marítimo.
Con la adopción del Convenio internacional para el control y la gestión del agua de lastre y los sedimentos de los buques, 2004 (Convenio BWM), los Estados Miembros de la OMI han asumido un claro compromiso de reducir al mínimo la transferencia de especies acuáticas invasivas por el transporte marítimo, concretamente a través del agua de lastre.
Por otro lado, si bien el Convenio internacional sobre el control de los sistemas antiincrustantes perjudiciales en los buques, 2001 (Convenio AFS) reglamenta los sistemas antiincrustantes en los buques, su principal objetivo no es evitar la transferencia de especies acuáticas invasivas por medio de incrustaciones de los cascos de los buques sino prevenir los efectos adversos del uso de sistemas antiincrustantes y los biocidas que ellos puedan contener.
Las Directrices sobre contaminación biológica
La cuestión de la transferencia de especies acuáticas invasivas a través de la contaminación biológica de los buques fue señalada formalmente por primera vez a la atención de la OMI en 2006 y, al año siguiente, el Comité de protección del medio marino (MEPC) acordó encomendar al Subcomité de transporte de líquidos y gases a granel (BLG) la elaboración de directrices al respecto. Las deliberaciones llevadas a cabo en los sucesivos períodos de sesiones del Subcomité BLG concluyeron con la elaboración de las Directrices sobre contaminación biológica, adoptadas por el MEPC en 2011.
Las Directrices se complementaron con las Orientaciones para reducir al mínimo la transferencia de especies acuáticas invasivas debida a la contaminación biológica (incrustaciones en el casco) de las embarcaciones de recreo, aprobadas por el MEPC en su 64º período de sesiones en octubre de 2012 y distribuidas como circular MEPC.1/Circ.792. Estas orientaciones están destinadas a todos los propietarios y armadores de embarcaciones de recreo de menos de 24 metros de eslora, las cuales pueden constituir un importante vector de transferencia de especies acuáticas invasivas debido a su gran número y a su modalidad operativa, que puede hacerlas particularmente susceptibles a la contaminación biológica.
Conforme van surgiendo innovaciones científicas y tecnológicas, es posible definir nuevas Directrices sobre contaminación biológica a fin de abordar sus riesgos de manera más adecuada. Los Estados rectores de puertos, los Estados de abanderamiento, los Estados ribereños y demás partes que puedan ayudar a mitigar los problemas relacionados con la contaminación biológica deberían aplicar la diligencia debida en su esfuerzo por ceñirse a las Directrices en la mayor medida posible, lo cual puede ser fundamental para reducir el riesgo de la transferencia de especies acuáticas invasivas.
En apoyo de este proceso de revisión, la OMI ha elaborado las Orientaciones destinadas a evaluar las Directrices de 2011 para el control y la gestión de la contaminación biológica de los buques a los efectos de reducir al mínimo la transferencia de especies acuáticas invasivas, las cuales fueron aprobadas por el MEPC en su 65º período de sesiones, en mayo de 2013, y distribuidas como circular MEPC.1/Circ.811. Estas Orientaciones tienen por objeto contribuir a que los Estados Miembros y observadores que deseen recopilar información necesaria para examinar las Directrices en el futuro puedan hacerlo de una manera más uniforme. En las orientaciones se determinan los tipos de medidas de rendimiento que podrían ser de utilidad para evaluar las distintas recomendaciones de las Directrices.
A los efectos de apoyar la implantación de las Directrices sobre contaminación biológica, la Secretaría de la OMI está llevando a cabo actividades de cooperación técnica en el marco de su Programa integrado de cooperación técnica (PICT), las cuales se centran prioritariamente en la cuestión de la contaminación biológica y en las Directrices pertinentes. Los objetivos de estas actividades son, por un lado, difundir los aspectos y las repercusiones de la transferencia de especies acuáticas invasivas a través de incrustaciones en el casco de los buques y, por otro lado, mejorar el nivel de conocimiento y la comprensión de las Directrices con el fin de facilitar su implantación a nivel mundial y reducir al mínimo las invasiones de especies acuáticas.
Las incrustaciones en los buques y su tratamiento
Todos los buques tienen cierto nivel de contaminación biológica, incluso los que han sido limpiados recientemente o a los que se les ha aplicado un nuevo sistema antiincrustante. Los estudios han revelado que el proceso de contaminación biológica comienza dentro de las primeras horas de inmersión del buque en el agua. La contaminación biológica que puede encontrarse en los buques está condicionada por una serie de factores, entre ellos, los siguientes:s:
- el proyecto y la construcción, en particular el número, ubicación y proyecto de las zonas nicho (por ejemplo, cajones de toma de mar, impulsores laterales de proa, apéndices y salientes en el casco etc.);
- la modalidad operativa, incluidos factores como las velocidades de funcionamiento, la relación entre el tiempo que el buque está navegando y el tiempo que está atracado, amarrado o fondeado, y la ubicación del buque cuando no está en servicio (por ejemplo, fondeaderos abiertos o puertos situados en estuarios);
- los lugares visitados y las rutas comerciales (por ejemplo, de ello depende la temperatura y salinidad del agua, la abundancia de organismos incrustantes, etc.); y
- el historial de mantenimiento, incluidos el tipo, edad y estado de cualquier revestimiento antiincrustante, la instalación y el funcionamiento de sistemas antiincrustantes y las prácticas de entrada en dique seco/atracadero y de limpieza del casco.
Otras ventajas de la gestión de la contaminación biológica
Habida cuenta de que las incrustaciones en el casco pueden dar lugar a un aumento considerable de la resistencia del buque, lo cual a su vez repercute de manera significativa tanto en los gastos de combustible como en las emisiones de contaminantes atmosféricos y de gases de efecto invernadero, dichas prácticas de gestión también pueden servir para mejorar el rendimiento hidrodinámico de los buques. Por consiguiente, la gestión de la contaminación biológica puede ser un instrumento eficaz para mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones atmosféricas procedentes de los buques. Esto ha sido señalado por la OMI en las Orientaciones para la elaboración de un plan de gestión de la eficiencia energética del buque (SEEMP) (MEPC.1/Circ.683).